Arcoiris

II - VIII
El reloj nunca conoció la verdadera cara del tiempo, pues ningún
instante se presentó puntual a su cita. Ojalá que los momentos 
no sean así para los amantes que llegan siempre con sincronía.

I - IV
La única realidad que conocían, era aquella oculta justo 
frente a sus ojos. Aunque jamás estuvieron dispuestos a 
aceptar su amor y murieron sin conocer la libertad.

II - V
Para poder aprender lo que las montañas tenían 
para enseñar, los árboles también tuvieron que pasar 
su vida en silencio. Incluso cuando estaban solos.

I - VI
—Piensa en lo que más quieras, y pídeselo al 
universo —dijo el búho. —No quiero nada más —le
respondió el vacío—, en su corazón lo tengo todo.

III - VII
A pesar de que estuvo prestando especial 
atención hacia la puerta durante cada segundo
de la noche, nunca la vio pasar.

III - I
Le gustaba atravesar senderos que no estaban marcados.
Sentía casi como si fuera su destino trazar
el camino para aquellos olvidados que venían detrás.

III - V
Luego de encontrar al león, la ciudad en ruinas y el color 
a punto de extinguirse, la tomó de la mano y emprendieron un 
viaje para encontrar el resto de las palabras que nunca se dijeron.



I - III
Al final de los tiempos, cuando ya no había nada 
por lo cual luchar, aún sentía que debía quedarse a 
su lado; y así fue, pero ella ya no estaba.

III - IX
—No puedes ir por la vida robándole el corazón a 
los viajeros que buscan la paz —le explicó el mar—,
debes encontrar la manera de derrotar primero a tus demonios.

II - IX
Se dio cuenta que para encontrar lo esencial, era necesario saltar al 
vacío con los ojos cerrados. Y pasó los días buscando en la 
cima de cada acantilado por alguien más que estuviera dispuesto a saltar.

I - II
Viajó a la velocidad de la luz 
en línea recta, pero entre más cerca 
del horizonte, más lejos estaba de casa.

II - VI
—Sin tomar en cuenta la ruta que
tomaron las vidas de ambos, mi única
preocupación, es que seas feliz —afirmó sonriendo.

II - VIII
Después de la calma que trajo la tormenta, el 
náufrago no quiso permanecer más a su lado. Sus 
sueños se habían hundido en el mar para siempre.

I - I
Te toma por sorpresa, sí. Pero la magia 
de aceptar lo inesperado radica precisamente en esa 
sutil caricia del destino recordándote que aún existes.



II - IV
Con el tiempo, el cachorro entendió que
nunca fue su amo, sino que siempre
fueron amigos. Y más que amigos, hermanos.

III - I
Ella era el color, el frío, la
incertidumbre y el amor; su nombre era 
Ana. Nunca, nadie, se arriesgó a conocerla.

III - I
Ella era capaz de ver el futuro,
pero no podía hacer nada al respecto. 
Eso era lo que más le preocupaba.

II - II
Lo que más le pesaba, es
que jamás pudo descubrir la fórmula
perfecta para no volver a olvidar.

II - II
Han pasado varias eras, y el búho
que va y viene desde la biblioteca 
hasta el océano, nunca posterga su vuelo.

II - II
El recuento de sus vidas pasadas lo
llevó a crear un mundo alterno en 
el que nadie pudiera tocarlo; excepto ella.

III - VIII
Cuando le atravesó de lleno el alma, el
corazón saltó de alegría con la esperanza de 
que algún día su amor la hiciera cambiar.

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