Tiempo


Hace un momento, veía el reloj:
Tres años,
ocho meses,
seis días,
veinte horas,
once minutos
y los segundos no dejan de
escaparse de mi cama desde
la última vez que estuviste aquí.

Aunque es verdad que el tiempo no
ha cambiado lo que siento por ti,
es cierto, también, que
no te lo mereces.

Pero moriría mil veces antes
de sacarte de mis versos,
y entregaría todas mis almas
con tal de que regreses.

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